Uno de los momentos clave de toda carrera universitaria es la defensa del Trabajo de Fin de Grado, un proyecto final donde se ponen a prueba las destrezas adquiridas del estudiante durante los últimos cuatro años académicos y los conocimientos asimilados sobre una materia en concreto, además de examinar la capacidad de análisis e investigación del estudiante y la calidad de su exposición oral de cara a un tribunal. Su elaboración y presentación es algo que aterroriza a decenas de estudiantes, pero no es para tanto. Vamos a darte las claves no solo para aprobar el TFG y obtener los créditos restantes del Grado, sino para obtener la máxima calificación en tu proyecto final de carrera.
Qué es el TFG
Muchas veces oímos en la universidad hablar del TFG, pero ¿qué es el TFG exactamente? TFG Son las siglas de Trabajo de Fin de Grado, un proyecto cursado el último año de carrera que sirve para medir las destrezas y habilidades que el alumno ha ido adquiriendo durante los últimos años. Su temática puede variar en función de las propuestas del profesorado y de la libertad que se otorgue al alumno para escogerlo. Su elaboración tiene que estar supervisada por un tutor, que debe pertenecer al departamento correspondiente del cual se elegirá al tribunal para su defensa.
En función de las universidades y de las características del Grado, la facultad te permitirá elegir cómo hacer un TFG y de qué manera quieres defenderlo: el trabajo puede admitir una defensa simplificada o una completa, siendo la primera una exclusivamente por escrito, pudiendo alcanzar como máximo el 6, e incluyendo la segunda una defensa oral ante un tribunal, que es la modalidad que permite alcanzar el sobresaliente. Como hacer el TFG no es algo sencillo y va a exigirte tiempo y dedicación a raudales, ya que te pones, ve a por todas y hazte con la matrícula de honor. ¿Qué mejor manera de acabar la carrera que con un sobresaliente en tu expediente?
Tipos de TFG
Dada la enorme variedad de los campos del saber, cada Grado adaptará su TFG a una variedad del mismo para adecuar el enfoque del proyecto y hacer viable su elaboración. A grandes rasgos, tres son los tipos de TFG que podemos encontrar mayoritariamente en las universidades y que pueden pertenecer a una o más disciplinas:
- De revisión bibliográfica. Son los más conservadores, aquellos que exigen una calidad de redacción excelente y grandes dotes de investigación para plasmar las vías de investigación tomadas por el estudiante. Requiere de citas a pie de página en el formato estipulado por el propio departamento, quien dará unas pautas al alumnado para recomendar el enfoque más adecuado para su elaboración. Es cierto que es un TFG más “aburrido” por su enfoque puramente academicista, más propio de las carreras de letras y humanidades y con estrecho margen para la innovación, donde la extracción de información de fuentes escritas está a la orden del día, pero también presenta menor margen de error a la hora de definir el enfoque de la investigación y adecuar correctamente el tema.
- De investigación empírica. Este tipo de trabajos mantiene los requisitos del anterior, pero añade un plus de experimentación para probar o refutar ciertas tesis. De entre todos los tipos de TFG, este puede ser el más confuso al no tener por qué incluir pautas que indiquen al alumno cómo hacer el TFG, de modo que la supervisión y el beneplácito del tutor asignado será elemental para dar viabilidad al proyecto. Es el modelo adoptado en trabajos de psicología, ciencias aplicadas y carreras con un fuerte componente estadístico.
- Con estudios de caso. Es un modelo polivalente que pretende adoptar el modelo más práctico de los trabajos. Exige una capacidad de análisis para realizar proyectos prácticos desde cero, y donde las tutorías pueden servir para establecer las bases tanto del estudio como de la exposición ante el tribunal. Normalmente, cada proyecto se centra en el estudio de un solo caso, donde el estudiante pueda explayarse con las bases de su caso práctico y pueda demostrar ante el tribunal tanto los resultados obtenidos como la manera en que afectan a la disciplina.
Cómo hacer un TFG
No existe una fórmula matemática que desvele por arte de magia cómo hacer un TFG de la manera más adecuada. Nuestra principal recomendación es que te dediques en cuerpo y alma al proyecto, ya que conforme vayas avanzando más en él encontrarás defectos y cosas por pulir. De hecho, no te asustes si tu proyecto es de tal magnitud que vas a necesitar más de un año académico para pulirlo, ya que lo más probable es que el departamento te autorice a mantener el tema.
La mejor manera de saber cómo hacer el TFG es experimentarlo y pasar unos meses encerrado en la biblioteca puliendo sus aspectos, afinando los datos expuestos y revisando los avances durante las tutorías. Solo así sabrás verdaderamente qué es un TFG y cómo se debe abordar de manera adecuada. Y es que estamos ante un tipo de trabajo de avance progresivo, donde la habituación unas pautas de investigación se pulen con el paso de las semanas, por lo que es recomendable que te tomes tu tiempo, en cualquiera de los tres tipos de TFG que te encuentres, para elaborar un discurso lógico, coherente y contrastado.
Tips para obtener la máxima calificación
Para obtener la máxima calificación en tu TFG y poner el broche de oro a tu trayectoria universitaria, ten en cuenta los siguientes aspectos para saber cómo hacer un TFG impecable y extraordinario:
- Empápate de bibliografía. La mejor manera de que sepas lo que es el TFG es que asistas o veas de manera telemática algunas defensas de años anteriores. Un TFG es, ante todo, un proyecto de investigación, así que empléate a fondo y no te pongas barreras. Investiga, asiste a bibliotecas, bucea en la red, contacta con expertos y mantente al día de las tendencias de investigación en tu campo.
- Realiza propuestas claras. Si quieres saber cómo hacer un TFG para obtener una calificación extraordinaria, debes realizar propuestas concisas y novedosas. Dejar hueco a nuevas ideas y exponer un punto de vista transgresor fundamentado con datos suele ser sinónimo de sobresaliente, así que consulta con tu tutor de qué manera abordar las nuevas propuestas para conocer el recorrido que pueden tener ante el tribunal evaluador.
- Cuida la redacción. Por muy rompedoras que sean tus ideas y aunque tengas mucha labia, un TFG debe estar escrito correctamente. No es solo un trabajo para la universidad: es un proyecto que puede ser publicado en distintos formatos y dar validez a nuevos discursos en tu campo del saber. No hablamos solo de que sepas cómo hacer un TFG sin faltas de ortografía, sino que utilices la retórica a tu favor para embaucar al tribunal. Tendrás mucho ganado.
- Tómate tu tiempo. Escoge el tema sabiamente, optando siempre por aquel que te proporcione, a priori, más recursos para elaborar tu discurso. Si vas a por el sobresaliente, te felicitamos: pocos se atreven a apuntar tan alto y ser tan ambiciosos en un proyecto de esta envergadura, pero defiéndelo solo cuando estés preparado. Si necesitas afinar algún dato o no estás completamente seguro de que está perfecto, aplázalo unos meses o déjalo para el próximo curso académico: el departamento suele autorizar a mantener el tema del TFG a todos aquellos estudiantes que aplacen su defensa por depurar el discurso y tratar de alcanzar la excelencia.