La nota de selectividad es una de las cosas que más preocupan a los estudiantes de bachillerato. Las pruebas de acceso a la universidad son un trámite en el que se ponen a prueba todos los conocimientos de los estudiantes de bachiller que quieren pasar a formar parte de la comunidad universitaria, estudiar su titulación preferida y formarse académicamente en un determinado campo.
Sin embargo, estas pruebas no son la única herramienta que se emplea para definir la nota final de selectividad. Por un lado, hay que tener en cuenta que las calificaciones de los exámenes se ponderan conjuntamente con la nota media obtenida en los dos cursos de bachillerato, y además hay que tener en cuenta que la parte específica de las pruebas de acceso a la universidad pueden jugar un papel esencial en función de la titulación a la que se opte.
Nota de selectividad: ¿cómo se obtiene la nota final?
Entendamos por “nota de selectividad” la calificación que se obtiene en el certificado y que engloba la nota global de todas las pruebas que forman parte de las EBAU. Las pruebas de acceso de componen de unas materias comunes, como lengua y literatura o inglés; de unas asignaturas a elección del estudiante, como historia o filosofía, y de una serie de asignaturas exclusivas de la rama específica de bachillerato que ha cursado el estudiante durante los dos cursos y que pueden ayudarle a superar el umbral del 10 para optar a entrar en aquellas titulaciones universitarias con una nota de corte más alta.
La nota de selectividad entendida como la calificación obtenida que se saca en la fase obligatoria de las pruebas es solo una parte de la calificación. Después, habrá que tener en cuenta la nota media de bachillerato. De la ponderación de la nota de selectividad con la nota media de bachillerato se obtiene la Calificación de Acceso a la Universidad.
Si, además, el estudiante se ha presentado a la fase específica de las pruebas de acceso, habrá que sumar la Calificación de Acceso a la Universidad con la nota de la fase específica, dando como resultado la Nota de Admisión.
Cabe mencionar que, aunque la parte específica de la selectividad es voluntaria, no hacerla condena al estudiante a optar a entrar en la universidad con una calificación sensiblemente inferior al resto, por lo que su realización es, en la práctica, obligatoria para todos aquellos que no quieran partir con desventaja.
Aunque es normal que existan dudas sobre cómo se calcula la nota de selectividad y cómo se ponderan las diferentes calificaciones, a lo largo de los dos cursos de bachillerato el alumnado recibirá de manera constante información sobre la legislación, los cambios introducidos (si es que existiesen) y la manera en la que se tendrán en cuenta sus calificaciones.
Además, hay que tener en cuenta que las notas de corte son una orientación pero que en ningún caso indican la nota mínima necesaria para entrar, por lo que hay que tratar de no obsesionarse con los números y dedicar la misma cantidad de horas de estudio para preparar la selectividad que durante el resto del curso.
Para todo aquel que quiera hacerlo, se pueden crear estimaciones o simulacros de notas para hacerse una idea de la calificación final que se puede obtener en función de la nota media aproximada de bachiller y notas simuladas en las pruebas de acceso a la universidad.
Una calculadora de notas de selectividad es una herramienta fácil de encontrar que permite introducir datos aleatorios para obtener un resultado claro en función de los valores especificados. Eso puede permitir al estudiante tener una idea de la nota que necesita sacar para obtener una calificación final determinada.
Sin embargo, todos esos valores hay que cogerlos con pinzas: no hay que olvidar que una calculadora de notas de selectividad es una herramienta orientativa, y como tal, todos los resultados que arroja son meras conjeturas.
¿La nota de selectividad es fija o se puede reclamar?
Aunque los encargados de corregir las pruebas de acceso a la universidad son profesores universitarios titulados, lo cierto es que cabe margen para la equivocación y es posible que algunas pruebas cuenten con notas erróneas, bien por haberse traspapelado el examen o bien por el ingente volumen de exámenes que el profesorado debe corregir.
En caso de que exista un desacuerdo claro entre las impresiones del estudiante y la nota obtenida, es posible presentar una reclamación ante la Comisión Organizadora sin tener que solicitar la doble corrección.
La doble corrección es un instrumento que permite obtener una segunda revisión del examen, pero no es un proceso obligatorio, dado que las segundas revisiones tienen en cuenta las notas obtenidas en la primera corrección y en la segunda, ponderando las notas para obtener un valor medio.
Ten en cuenta que puedes pedir la doble corrección, pero los plazos son muy ajustados si estás pensando en presentar una reclamación ante la Comisión Organizadora. El plazo es de tres días y comienza desde que las primeras notas son publicadas, así que tramita la solicitud cuanto antes. Además, en caso de presentar una reclamación ante la comisión, se descarta la posibilidad de la doble corrección para evitar redundancias.
Lo mejor es que, si crees que tu nota no se corresponde con la realidad, presentes una reclamación cuanto antes. Esto te permitirá hacer la presolicitud de la universidad más pronto que tarde.