Ser licenciado o graduado universitario no es una tarea fácil. Al esfuerzo económico que exige estudiar en una universidad pública, debido en parte al aumento de tasas experimentado durante la última década y las restricciones impuestas por los organismos competentes en materias de becas y exenciones, se le suma la dificultad de superar los créditos universitarios por las características propias del grado. Si notas que te cuesta estudiar o retener la información de una asignatura “peñazo”, no entres en pánico: vamos a darte una serie de trucos para memorizar los contenidos y presentarte al examen en condiciones.
Los trucos más habituales entre los estudiantes universitarios
Memorizar a secas los contenidos de los apuntes o de una pila de libros es tan costoso como infructuoso. Para conseguir retener en tu memoria todos los conceptos clave del temario, vamos a explicarte en qué consisten algunas de las técnicas para memorizar más eficaces.
- Reglas mnemotécnicas. Son el pilar estrella de la formación universitaria, ya que gracias a ellas se pueden retener grandes cantidades de conceptos sin memorizar al uso párrafos enteros de texto. No obstante, sirve de poco si no se comprende lo que se está leyendo. Una regla mnemotécnica es efectiva cuando se ha asimilado el significado del texto pero, debido a su tamaño o a su complejidad léxica, no puede ser memorizado fácilmente.
En ese sentido, crear reglas con cifras, símbolos y letras es enormemente efectivo. Entre los beneficios de memorizar el temario con estas reglas está una asimilación más sencilla de conceptos complejos, retención más efectiva de grandes volúmenes de datos y una menor probabilidad de olvidar un dato importante.
- Esquematizar. Aunque se utilizan de manera muy simplificada en los cursos de la etapa secundaria obligatoria, lo cierto es que adquieren especial protagonismo durante el bachillerato y los estudios superiores. El volumen de información que es preciso memorizar para presentarse a un examen con unas mínimas opciones de aprobar es tal que se hace preciso encontrar un método alternativo de estudio, mucho más ágil y dinámico, para procesar toda esa información.
El uso de los esquemas es especialmente útil a la hora de extraer los datos más importantes de un libro, un manual o un bloque de apuntes especialmente denso. Permite concentrar por bloques temáticos grandes cantidades de información en pocas palabras, lo que a su vez agiliza el estudio. Los beneficios de memorizar los temas con este método son muy variados: no solo son aplicables a la asimilación de su significado, sino que pueden ser relacionados con otros bloques de una manera mucho más práctica.
Los esquemas ayudan además a procesar el temario al completo, evitando el típico abandono de los últimos bloques por falta de tiempo. Esto permite al estudiante presentarse al examen con más seguridad y posibilidades de aprobar, ya que los exámenes que contienen preguntas de los últimos capítulos del temario son los que delatan a los estudiantes que no se han organizado bien a la hora de estudiar.
- Asociaciones de palabras. Todo un clásico que sigue funcionando a las mil maravillas a día de hoy. Aunque tiene sus detractores al afirmar que esta técnica obliga a memorizar palabras inventadas que pueden llegar a confundir al estudiante, lo cierto es que es una forma realmente sencilla de memorizar bloques enteros de información en una sola palabra.
La palabra no tiene por qué existir, pudiendo ser completamente inventada. Es extremadamente útil para concentrar toda la información de un esquema demasiado amplio, que haya generado grandes bloques de conceptos y no se puedan asociar unos con otros. Es aquí cuando entran en juego estas técnicas para memorizar grandes cantidades de información.
Todo estudiante busca exprimir el tiempo y reducir al mínimo la carga de estudio y el estrés. Como memorizar rápido para un examen es una tarea prácticamente imposible, lo más recomendable es que te tomes tu tiempo en procesar la lectura, subrayes, esquematizar asociar palabras, crear conceptos inventados y practicar con los esquemas para simplificar el proceso de estudio. A veces lo más obvio es lo más efectivo, y buscar un método personal para lograr reducir la carga de trabajo es uno de los mejores trucos para memorizar con los que vas a contar durante el resto de tu etapa de estudiante.
Aunque este proceso es todo un viaje personal en el que te debes embarcar, puedes tardar más tiempo o menos en descubrir qué método es el que mejor se adapta a tus preferencias. Los beneficios de memorizar el temario sin un método eficaz para simplificar los conceptos son muy escasos, y a pesar de que se pueden aprobar los primeros cuatrimestres “a la vieja usanza”, pronto te darás cuenta de que contar con técnicas para memorizar más personales y alternativas es tu mejor opción para aprobar las asignaturas.
¿De verdad son tan efectivos estos trucos para memorizar el temario?
Aunque cada persona es un mundo, y no todos van a trabajar bien con una determinada manera de estudiar, sí hay un índice muy elevado de estudiantes universitarios que utilizan uno o varios trucos para memorizar grandes cantidades de información que les permiten planificarse mejor, repartir de manera más efectiva el trabajo y lograr el ansiado aprobado.
Gran parte de los ya graduados comparten la opinión de que no hay nada como memorizar conceptos con técnicas mnemotécnicas o de asociación de palabras para agilizar los procesos de estudio, lo que se traduce en un mayor rendimiento académico y unas calificaciones más altas en el expediente.
Somos conscientes de que los plazos estipulados por las facultades para preparar los exámenes tanto en primera como en segunda convocatoria son bastante restrictivos y empujan al estudiante a aplicar horarios intensivos de estudio, pero es igual de cierto que se da por sentado que el estudio no va a comenzar una vez finalizado el período de clases.
Las prisas son siempre malas consejeras, y no hay nada como memorizar rápido para un examen para ir directo al fracaso. Concentración, tiempo y dedicación absoluta son claves para que las sesiones de estudio funcionen. La soledad es, por el contrario, una buena compañera en este periodo de estudio. Las sesiones grupales de estudio no logran más que desmotivar, desconcentrar y alejar al estudiante de su planning inicial, lo que resulta enormemente infructuoso. Por el contrario, aprender por sí mismo a cómo memorizar conceptos, a extraer la información vital de un gran bloque de textos y a aplicar lo aprendido a un discurso coherente y lógico es fundamental para aprobar un examen universitario.
Tener dotes de escritura y saber exponer adecuadamente un razonamiento es igualmente necesario para alcanzar la excelencia en una convocatoria oficial, por lo que no todo es saber retener concepto, sino hacerlo de una manera ordenada. Los beneficios de memorizar ideas y hechos de manera clara y ordenada son múltiples: ayuda a crear un discurso coherente, sirve de nexo para estructurar todo tu razonamiento y es perfecto para reducir la cantidad de tiempo necesario para dar por finalizado uno de los temas.
Como ves, un buen estudiante prioriza la claridad y la practicidad a la memorización. Saber cómo memorizar conceptos (y lo que es mejor, saber cómo memorizar rápido para un examen sin grandes esfuerzos) es fundamental para retener la información asimilada, eso no lo vamos a negar, pero solo supone un 20% de todo el proceso de estudio y debe darse al final, cuando se ha comprendido la materia al completo, se ha extraído la información y se ha esquematizado la estructura del bloque.